¿Cómo declararse insolvente en España? Guía Completa 2024
Una de las opciones más utilizadas cuando no se puede hacer frente a una deuda es declararse insolvente. A pesar de que es un término bastante usado, son muchos las personas que no tiene claro qué es exactamente ser insolvente. A lo largo de este post os vamos a explicar en qué consiste, qué tipos de insolvencia existen o qué consecuencias puede acarrear el declararse insolvente en España.
Existe una ley llamada Ley de la Segunda Oportunidad, creada para personas que no hayan podido seguir con su negocio y tengan deudas con sus acreedores, de tal manera que llega un momento en que es imposible llegar a pagarlas. Esta ley ofrece la posibilidad de declararse insolvente, siempre y cuando demuestres que con el sueldo no se es capaz de cubrir las necesidades básicas, por lo que es imposible que se pueda pagar también una deuda.
¿Qué significa declararse insolvente en España?
Una persona insolvente es aquella que no tiene capacidad para hacer frente a sus obligaciones económicas, es decir, que no puede pagar sus deudas.
Este término se ha hecho muy popular en España, motivo por el que ha llevado a cierta confusión, ya que una persona puede alegar en sede judicial que no puede pagar sus deudas, pero ello no produce efectos jurídicos de por sí. Solamente un juez puede declarar realmente insolvente a una persona.
Hay que aclarar que no existe una declaración de insolvencia como tal, sino que el juez declara, si corresponde, que la persona cumple los requisitos para acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad.
¿Qué tipos de insolvencia existen?
En este apartado os vamos a explicar los dos tipos de insolvencia que existen y que son aptos para solicitar judicialmente la exoneración de las deudas:
La insolvencia actual
Este tipo de insolvencia se produce cuando el deudor no puede cumplir con sus obligaciones económicas de manera continua.
La insolvencia inminente
Esta se produce cuando el deudor considera que no podrá cumplir con sus pagos de manera regular en los próximos tres meses.
Existe otro tipo de insolvencia prevista en la Ley Concursal, la insolvencia probable, aunque no resulta de aplicación en el procedimiento judicial para obtener la exoneración del pasivo insatisfecho. La insolvencia probable se usa cuando el deudor comunica la apertura de negociaciones con sus acreedores o solicita la homologación de un plan de reestructuración.
¿Cómo me declaro insolvente? Requisitos para declararse insolvente en España
No todo el mundo puede declararse insolvente. Existen una serie de requisitos que se necesitan para hacerlo, aunque el principal es simplemente demostrar que lo eres. Para ello, será necesario aportar la documentación necesaria sobre nuestros ingresos y patrimonio, así como sobre nuestros gastos y deudas. Sin embargo, hay otros requisitos que también se deben cumplir:
- La persona física o autónomo debe haber incumplido la obligación de pago de más de dos deudas durante unos 90 días, y siempre a favor de dos o más acreedores.
- El total de las deudas debe suponer el 10% del pasivo total como mínimo del deudor.
- La totalidad de las deudas tiene que haber sido contraída durante el desarrollo de su actividad.
- Esta deuda no puede superar los 5 millones de euros.
- Por último, no debe haber ninguna sentencia firme en contra del deudor durante el año anterior por delitos relacionados con Hacienda, Seguridad Social, patrimonio o delitos de falsedad documental.
¿Quién puede declararse insolvente en España?
Según la legislación española, cualquier particular o entidad, ya sea un trabajador independiente, un autónomo, un empresario o una compañía, puede declararse en situación de insolvencia.
Sin embargo, como ya os hemos comentado en el apartado anterior, es necesario cumplir con una serie de requisitos para poder llevarlo a cabo. Además, en el caso de las empresas insolventes, deberán solicitar un Concurso de Acreedores y, si cumplen los requisitos, un Concurso Express.
¿Qué pasos hay que seguir para declararse insolvente?
Tras cumplir con las condiciones para declararse insolvente, el siguiente paso es llevar a cabo los procedimientos necesarios para declarar nuestra situación legalmente y poder dejar de acumular deudas. Los pasos a seguir son los siguientes:
1º – Acudir al Juzgado de lo Mercantil
Lo primero que tenemos que hacer es acudir al Juzgado de lo Mercantil para solicitar la declaración de concurso.
2º – Decidir si el deudor cumple los requisitos o no
Tras presentar la declaración de insolvencia con toda la documentación necesaria, el juez será el encargado de decidir si el deudor cumple los requisitos o no.
3º – Inicio del proceso
Si se deniega la declaración de insolvencia, el proceso acaba aquí y el deudor podrá optar por otras formas de responder ante las deudas. En caso de que la declaración de insolvencia sea aceptada, se abrirá un proceso regulado por la Ley Concursal.
4º – Administrador concursal
El Administrador Concursal será el encargado de negociar con los acreedores teniendo muy en cuenta a quien se ha declarado en estado de insolvencia. Lo mejor sería llegar a un acuerdo entre las partes implicadas y plasmar la resolución en un convenio, donde quedarán recogidas las quitas correspondientes. Si el acuerdo no es posible, se liquidará todo el patrimonio del deudor para saldar las deudas.
Si un deudor se declara insolvente, se paralizará automáticamente el pago de todos los intereses y de las reclamaciones que han realizado los acreedores asociados a las deudas.
¿Qué consecuencias trae declararse insolvente?
Declararse insolvente en España acarrea una serie de efectos que repercuten en los activos y la propiedad del deudor, así como en su habilidad para gestionar cuentas bancarias. A continuación, te explicamos las consecuencias de declararse insolvente para tenerlo en cuenta antes de iniciar el proceso.
Lo primero que va a ocurrir es que se procederá a realizar el procedimiento concursal, es decir, que la autorizad competente hará un pormenorizado estudio de nuestra situación económica para confirmar que realmente no contamos con el patrimonio suficiente para nuestras necesidades básicas y, mucho menos, para pagar las deudas.
La declaración de insolvencia establece un orden de prioridad para el pago de las deudas, lo que significa que el deudor podría perder el control sobre sus activos. Esto puede resultar en embargos y ejecuciones por parte de los acreedores para saldar lo que se les adeuda. Hay que dejar claro que el patrimonio de una persona insolvente puede estar en peligro si no llega a un pacto final con los acreedores.
Otro efecto inmediato será el bloqueo por un tiempo a cualquier acceso al sistema financiero en relación a los servicios de financiación que ofrezca una entidad bancaria. Podría experimentar limitaciones o prohibiciones para acceder libremente a sus fondos, estando sujeto a las regulaciones establecidas por la ley o el procedimiento legal en curso. Esto puede complicar la gestión y manejo de sus asuntos financieros personales.
Además, declararse insolvente no significa que las deudas vayan a quedar perdonadas completamente, sino que quedarán paralizadas durante un tiempo determinado por imposibilidad de hacerles frente.
Eliminar las deudas con la Ley de la Segunda oportunidad
Cunado se llega al punto en el que se no se puede hacer frente al pago de las deudas, lo más conveniente es eliminarlas con la Ley de la Segunda Oportunidad. Esta ley se aprobó en 2015 por la Unión Europea con la finalidad de rescatar a todas las personas afectadas por la crisis económica, pudiendo eliminar o reducir sus deudas de manera segura y totalmente legal.
Como ya os hemos comentado, hay que dejar claro que declararse insolvente no debe usarse como una solución fácil y rápida pasa deshacerse de las deudas, aunque es una buena opción para enfrentarse a circunstancias en las que es imposible prever el futuro y no deseamos ser limitados por situaciones o errores del pasado.
Las ventajas de la Ley de la Segunda Oportunidad
Acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad presenta ventajas muy importantes, destacando las siguientes:
- En el momento en el que se inicia el procedimiento, los embargos que estén en marcha quedarán paralizados y no se podrán ordenar otros nuevos.
- Tras obtener la exoneración de las deudas, los datos de la persona deberán desaparecer de los ficheros de morosos en los que figure, ya sea ASNEF, BADEXCUG o cualquier otro.
- Se paralizan los intereses de la deuda.
- Se suspende el pago y las mensualidades de la deuda.
En García Vaquero Abogados hemos ayudado a muchas personas en situaciones de insolvencia gracias a nuestra dilatada experiencia. Si te encuentras en una situación como la descrita a lo largo de este post, tan solo tienes que contactar con nosotros y te ayudaremos a resolverlo.